Reseña de la presentación del libro de Ana Ruth Najles «Delicias de la Intimidad. De la extimidad al Sinthome»

El pasado 21 de febrero de 2020, en el Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia, se llevó a cabo la presentación del libro de Ana Ruth Najles “Delicias de la intimidad, de la extimidad al sinthome”. El evento fue organizado por la Biblioteca del Campo Freudiano de Murcia.

Tras una breve presentación del libro y de su autora por parte las compañeras María José Herrera y Catalina Sánchez, Ana Ruth toma la palabra para comentarnos que la extimidad es un neologismo que inventa Lacan en el seminario 7, “la ética del psicoanálisis”, para nombrar eso que habita en uno mismo, pero que a su vez, está separado de uno. Se trata de lo más próximo y lo más ajeno del sí mismo al mismo tiempo. Por ello, no existe el sí mismo para el psicoanálisis, ya que el sujeto está dividido y el inconsciente le es extimo.

La única manera de hacer existir el discurso del inconsciente es en un análisis, a través de la transferencia, si no, uno se habla solo repitiendo siempre su goce, del que nada sabe.

El analista es el depositario de la extimidad. El analizante, deposita allí lo más ligado a su goce pulsional, el objeto a. Por ello, decimos que el analista hace semblante de objeto, pudiendo soportar que sobre él se transfiera eso que es lo más íntimo y también lo más rechazado de cada uno. Es un objeto donde se condensa lo peor de cada uno de nosotros. Se trata de un modo de goce particular, sin embargo, aunque el goce en sí no cambia, sí es posible cambiar la forma de relación con el goce y el modo de tratar ese goce en la relación con los otros, esto es posible a través de un análisis.

Este objeto es el objeto del sacrificio, en el sentido, de que es necesario separarse de ese goce en más, para no cargar con ello toda la vida. El lenguaje mortifica al organismo barriendo el goce de ciertas partes del cuerpo y lo deja confinado a las zonas erógenas.

Si el goce invade el cuerpo, y no solo esas zonas, éste puede acabar destruido. O se sacrifica una parte, o se pierde todo. En este punto, la autora nos pone el ejemplo de la anoréxica, que al no sacrificar ese objeto , éste se suma al cuerpo y lo engorda en el espejo. No se desprendió del objeto en la imagen especular, puesto que la imagen se constituye por el sacrificio del plus de goce que se saca del cuerpo permitiendo que se constituya un contorno de cuerpo que se pueda sostener.

El inconsciente, el objeto a (plus de goce) y el cuerpo son extimos. Y es que la imagen de nuestro cuerpo siempre tiene algo de inadecuación para nosotros, por ello, es preciso apropiarse de él.

Lacan decía que para el sujeto, el cuerpo siempre es Otro. El cuerpo siempre impone límites y contar con ellos es dejar caer el objeto que teníamos pegado a él.

Pero donde mejor se evidencia la extimidad es en el objeto de amor. Con respecto a esta afirmación, Ana Ruth nos comenta que nos amamos a nosotros mismos en el otro. Lo que en realidad amamos en el otro es lo que quisiéramos ser nosotros. Por esto, el amor es narcisista, y en ese sentido es extimo el objeto de amor, ya que lo que pone en juego es el objeto que uno es para el otro.

Pero Lacan plantea un amor más digno que este amor narcisista. Aquí no se trataría de amar a alguien por ser igual a mi, sino que justamente se trata del amor a lo absolutamente Otro y diferente. Por ejemplo, poder aceptar a alguien que no tiene nada en común conmigo. Se trataría de amar al otro en su Otredad. Lacan nos dice que esto es posible al final de un análisis, cuando se puede dejar caer al Otro como completo.

Con respecto a la intesubjetividad, la autora nos dice que ésta no existe por que el sujeto solo se relaciona con el objeto. No hay diálogo y uno habla solo a menos que se ponga a hablar con un psicoanalista, si no, uno habla con el objeto de su fantasma, un objeto extimo que pone en el Otro, se trata de lo más íntimo, puesto en el exterior. Por ello, el que habla siempre es sujeto y el que escucha siempre es objeto. 

Otro concepto interesante es el de “ficción”. Las ficciones son aquello que nos permite paliar el sufrimiento del ser que habla. Se trata de reivindicar la dimensión simbólica, que va contra el fuera de palabra que puede llevar a la violencia. Nos recuerda Ana Ruth, que con este objetivo, es muy importante el hablarle y leerle a los niños, para justamente, desarrollar esta dimensión.

Este libro trata sobre el recorrido que hace Lacan en su concepción del goce como imaginario, simbólico y real. El nombre del goce tomando la dimensión real es el sinthome, de hecho Lacan lo llama en su última enseñanza “ núcleo irreductible real del goce”.

Maribel Sánchez.